Businessman told lawyer, one day before the crime, that his brothers planned to kill him

by time news

(CRHoy.com) Un día antes de su muerte, el empresario sancarleño Jorge Jiménez Berrocal narró a su abogado, Javier Blandino Herrera, que sus hermanos habían planeado asesinarlo.

Esa revelación la hizo en un encuentro que sostuvieron la víctima y su representante legal el 30 de enero de 2015 en la oficina de este último, en Alajuela, en la que iban a discutir asuntos relacionados con un proceso agrario de “larga data”, por la que habían asistido a una inspección en campo el 16 de ese mes.

Los detalles de aquella reunión fueron contados la mañana de este martes por Blandino Herrera durante una declaración que hizo ante el Tribunal Penal del II Circuito Judicial de San José, en el juicio que se sigue contra un hermano del ofendido, de apellidos Jiménez Berrocal, conocido como “Luigi”.

Según el abogado, su cliente -al que llegó a señalar de amigo- le expuso que una expareja de su hermano, a la que se refirió como Fabricio, se acercó para comentarle que Jiménez Berrocal supuestamente había orquestado un atentado en su contra.

Para ello, indicó el deponente, en apariencia canceló entre ¢20 y ¢25 millones a sicarios para que lo mataran. El dinero presuntamente fue cancelado por otro hermano con los mismos apellidos, pero que tenía el alias de “Calica”. Este último también fue acusado por el Ministerio Público, pero tras una valoración psicológica, se determinó que este afrontará el proceso por separado.

Blandino Herrera enfatizó en que tenía muy presente aquellas palabras en el tanto que le impactó enormemente porque, tan solo al día siguiente, se le estaba informando sobre el asesinato de su representado. Describió que él había pasado desde las 8:00 a.m. hasta las 4:30 o 5:00 p.m. con Jiménez Berrocal, y que incluso había almorzado con este en un restaurante abierto.

Esa situación mencionó el jurista, después la analizó en frío y llegó a la conclusión de que en caso de que el ataque armado se hubiese dado antes, posiblemente él también hubiese sido asesinado.

“No es bonito saber que pude haber muerto”, afirmó el testigo ante el órgano jurisdiccional.

Puntualizó que, desde el 2008, cuando empezó a darle servicios, supo de varios conflictos de Jiménez Berrocal con su hermano “Calica” y mencionó que en todo momento procuró que ambos arreglaran sus diferencias; lo cual nunca logró.

El agraviado fue ajusticiado el 31 de enero de 2015 a sus 56 años de siete disparos en la cabeza, cuando conversaba por teléfono en las afueras de un parque de su propiedad en Tibás, en el que lo esperaban dos gatilleros en motocicleta.

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